¿Te vas a comprar una vivienda para reformar y piensas que estás haciendo el
negocio del siglo?
Cuando muchos de los clientes vienen a verme al estudio, y me contratan para la reforma de su vivienda, y me cuentan los detalles de su compra se me queda cara de poker. Y es que la mayoría de ellos cometen los mismos errores, por eso en este artículo te los voy a contar, para que no metas la pata si estás en esa situación, no tengas que ver mi cara de poker :), y además te ahorres sustos y dinero. Los he resumido en siete errores.
1. no acompañarse de un profesional.
En edificación, sobre todo en viviendas de más de 25-30 años, existe una cosa que se llama vicios ocultos y son precisamente eso, problemas que no se ven a simple vista, y que sólo un ojo experto puede identificar. Los hay de muchos tipos, humedades difíciles de subsanar, pequeñas grietas que al final acaban ocultando problemas estructurales, filtraciones de la cubierta, etc… Es ese momento en los programas de reformas de la tele que dicen…. “las cosas iban bien hasta que quitamos las placas de y eso y hemos visto que toda la estructura de la segunda planta está sujeta por estas dos vigas del baño”. Fuera de los programas de televisión, es decir en la realidad, todo esto se puede evitar si se realiza la visita a tu vivienda acompañada de un profesional, este puede ser un arquitecto, un arquitecto técnico, o el constructor al que has pensado contratarle la reforma, pero no vayáis solos si queréis evitar sorpresas desagradables. A veces, una muy buena fuente de información son los vecinos, sobre todo si nuestra vivienda forma parte de un bloque. Preguntadles a ellos, si a lo largo del tiempo han tenido que acometer ciertas reformas en las viviendas, o si hay ciertas partes en la comunidad que resultan muy antiguas, y que al final vamos a tener que pagar entre todos con el paso del tiempo.
2. No conocer la normativa del ayuntamiento.
Este es otro de los errores más frecuentes que solemos encontrar y que se podría subsanar de una manera tan sencilla como hacer una llamada, o una consulta por escrito a tu ayuntamiento, y es que tu ciudad se encuentra ordenada por zonas, que rigen con distintas normativas, por ejemplo, igual compraste una vivienda de una sola planta pensando que vas a poder ampliarla y edificar una segunda planta, y esto la ordenanza de la zona, no lo permite, o quizás, compraste una vivienda que tiene una parcela grande, y lo que has pensado es hacer una ampliación de superficie, de metros, es decir, vas a edificar parte del patio, pues hay veces que la misma ordenanza de la zona tampoco lo hace posible.
3. Pensar en reformar la distribución de nuestra vivienda sin tener en cuenta la estructura.
A todos nos encanta modificar la distribución de nuestra nueva vivienda, pensar en generar nuevos espacios, o que sean espacios con un concepto abierto, que tengan muchísima más luz, pero ojo, con hacer esto si tienes que tener en cuenta la estructura que tiene nuestra vivienda, y es que pueden existir pilares, o lo que es peor, muros de carga, que evidentemente no se pueden eliminar, y nos pueden dificultar conseguir la distribución habíamos pensado en un principio, ¿cómo puedes evitar esto? pues como te comentaba en el punto 1, acompañándote de un profesional, él es el que va a poder decirte cuál es el diseño y el tipo de estructura que tienes, y te va a poder indicar lo que puedes hacer y lo que no.
4. Visitar la vivienda en un horario que no tengan luz natural.
Esto puede parecer algo obvio pero, ya sea por nuestro horario laboral, porque sea la hora o la cita que nos dan en la inmobiliaria, o el dueño de la vivienda, pues que visitamos esta en un horario en el que no hay, o casi no hay luz natural ¿y qué sucede? pues que no vamos a poder ver cómo es nuestra vivienda con la luz natural, que es uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta para el interiorismo y la decoración.
5. Contar con reformar la vivienda sólo en su aspecto estético.
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